domingo, 31 de agosto de 2008

Para localizar un tumor, se inyecta al paciente glucosa con una molécula de glucosa radiactiva. Como esta última se metaboliza en las células del mismo modo que la glucosa no radiactiva, se puede rastrear, detectando la radiación que emite. Si en algún órgano hay células cancerosas, que captan la glucosa a una velocidad mucho mayor que las células normales, la glucosa se concentrará en esa parte del cuerpo indicando así el sitio exacto donde se localiza el tumor.